«Dulce segunda oportunidad»
En esta empresa, no hay cargos. Son cinco y todos ellos son accionistas y trabajadores. El paro los llevó a montar una cooperativa. Antes, se habían pasado más de veinte años fabricando bombones en otra empresa local. Ahora, lo hacen en la suya: Chocoart. SE CONVIRTIERON en emprendedores para lograr salir adelante haciendo lo único que aprendieron a hacer toda su vida: bombones artesanales. Son Emilio Núñez Cansino, Isabel Iglesias Rodil, Jorge Parajuá, Andrés López y María José Trabazo. Todos ellos se convirtieron recientemente en los cooperativistas de la fábrica de bombones artesanos Chocoart, ubicada en una nave de O Ceao. Aquí, dicen, no hay cargos, ni jefes, ni trabajadores. Todos participan en igual medida de la toma de decisiones, del capital y del trabajo, al igual que de los beneficios. Es otro concepto de empresa, totalmente desconocido para ellos, que llevaban -en algunos casos- trabajando más de veinte años para otra chocolatera lucense. El paro los obligó a buscarse la vida en lo que ellos sabían hacer y en eso están desde el pasado 22 de octubre.
